martes, noviembre 15

¡Cómo cambia la vida!


El equilibrio de una vida bella con imperfecciones es efímero, dura muy poco, damasiado poco y en ese tiempo corto que tenemos probablemente la mayoría desee que no cambie en nada.
A todos seguro nos ha pasado que queremos que algo no cambie cuando está perfectamente bien, cuando la vida ofrece un momento que disfrutamos desde su comienzo hasta el fin. Pero si estos momentos se repiten día a día y no cansan, siguen tan intensamente bien como la primera vez, crean una falsa ilusión de que no acabará ningún día, hacen pensar que si hoy estuvo presente, mañana también y pasado igual. 


Me pasó hace dias, la vida me atrapó de sorpresa y esos momentos felices que disfrutaba tanto se fueron.
No supe cómo se fueron ni a dónde, sólo sabía que ya no estaban. Y como estaba acostumbrada a que ocurriesen, la rabia me entró en todo el cuerpo por lo inútil que me sentía.
Ahora parecían lejanos los días de risas, estabilidad, y armonía con la vida; porque nada podía hacer.
La resignación fue negada y traté de cambiarlo a lo que era antes, pero el daño estaba hecho y todo lo que un día fue casi perfecto, ya era basura. Asquerosa, contaminadora, sucia y llena de gusanos.

Los tiempos fueron cambiando a medida que pasaba el tiempo, ahora no pienso que todo sea basura y esté contaminando de gusanos mi vida entera. Aunque no volvió  a ser como era antes.
El equilibrio, la belleza, el sabor a yogurt de vainilla con bolitas de chocolate no volvieron en estos meses de intento de rehabilitación.
Y esos momentos que tuve una sonrisa y tiempo para decir "Ojala esto durara al menos hasta el fin de año" se perdieron en el 365.

Días perfectos, aun los espero, ojala vuelvan pronto. Los extraño, anhelo su regreso, anhelo que esten aquí para hacerme sentir bien aunque sea un momento. Suspiros de felicidad, vuelvan.

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