domingo, noviembre 25

Diecisiete veces acústico

No sentí magia como aquella en mucho tiempo, no desde que olvidé mis antiguas pasiones. Y las dejé por ir en busca de nuevas. Pero así, sin pensar mucho, algo me la trajo de vuelta, cuando estaba en una auto de camino a casa. Sí, era magia, porque me estremecí al segundo de escuchar aquella canción, la del monzón. Me elevó como la primera vez, me hizo volver años atrás para encontrarme con otra yo, esa que no conocía mucho, esa que se emocionaba fácilmente, esa en la que no había pensado en algún tiempo. 

Fue la guitarra acústica, tal vez, la que me recordó uno de los mejores momentos que tuve. Cuando hace un par de años, la magia no solamente llegó desde un reproductor, sino que estaba viva. Porque pasó todo en un mismo espacio y tiempo, y era aun más fuerte de lo que alguna vez fue. Eso me llevaba y hacía explotar las emociones contenidas. El tiempo se iba en segundos.
No hay mucho que decir, porque esa magia que me hace hablar, me calla también. No se explica muy bien. Pero basta con sentirlo, si alguien lo siente, sabe de lo que hablo. Es universal. Es muy real.

2 comentarios:

  1. eh leído unas cuentas entradas viejas, me ha gustado mucho tu blog y ya te sigo.

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  2. me gusta mucho esta entrada. Besos te sigo.:)

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